Su desarrollo, que avanza a máxima velocidad, es una de las bases de lo que han denominado la ‘cuarta revolución industrial’, que promete darle una transformación a las formas en las que trabaja y se relaciona la sociedad. Sin embargo, la inteligencia artificial tiene sus riesgos.
El revuelo lo armó Elon Musk. Ya el año pasado había dicho que hasta que la gente no viera “robots matar a personas por la calle”, no se entenderían los peligros de la inteligencia artificial.
El fundador de Tesla y SpaceX volvió a insistir en el tema hace algunos días, cuando en una conferencia propuso que el desarrollo de esa tecnología se haga paralelo a una exhaustiva regulación, para garantizar que lo hagan de una manera segura y “simbiótica con la humanidad”.
Su desarrollo, que avanza en su máxima velocidad, es una de las bases de lo que han denominado la ‘cuarta revolución industrial’, que promete darle una transformación a las formas en las que trabaja y se relaciona la sociedad.
Hacia el 2022, las empresas podrían aumentar sus ingresos en un 38% y el empleo en un 10% si las compañías invierten en inteligencia artificial y colaboración entre humanos y máquinas, indicó un reporte reciente de Accenture.
En ese estudio consultaron a 1.200 ejecutivos senior alrededor del mundo, de los cuales el 54% dijo que la colaboración entre máquinas y humanos es importante para sus prioridades estratégicas.
El Reporte de Trabajos Emergentes en Estados Unidos, de Linkedin, evidenció que la necesidad por ingenieros en aprendizaje automático creció casi 10 veces entre 2012 y 2017. Pero surgió una preocupación: la mayoría de los profesionales no confían en que sus habilidades actuales sean relevantes dentro de uno o dos años.
Olga Mariño, PhD en Inteligencia Artificial y profesora de la Universidad de los Andes, explica que el temor o el miedo en cualquier contexto polariza, bloquea y no ayuda a tomar buenas decisiones. Sin embargo, ella comparte la visión de científicos como Musk.
“Sí debemos estar preocupados y no podemos esperar a que surjan problemas para reaccionar. Al igual que muchos otros avances tecnológicos, como por ejemplo la fusión nuclear, que tiene el potencial tanto para hacer el bien como para hacer el mal, la IA está siendo utilizada para resolver problemas fundamentales en campos como la medicina y la industria, pero también se ha usado para delitos como el ciberataques y el espionaje”, asevera Mariño.
Para Marco Casarín, gerente de Microsoft Colombia, en su compañía ven la tecnología como un habilitador, para ayudar a los hombres y las personas deben estar siempre en el centro. “Creemos que la transformación creará más trabajos de los que desaparecerá y muchos otros evolucionarán, así ha sido en las anteriores disrupciones de la industria (…) La inteligencia artificial, al igual que otros avances tecnológicos, son solo nuevas oportunidades que los negocios tienen para innovar, mejorar y reinventar sus capacidades”.
“La inteligencia artificial está para ayudarnos”, opina Jorge Vergara, Chief Technology Officer de IBM Colombia. El directivo sugiere que el miedo que puede surgir alrededor de este tema puede suscitar en dos prejuicios; el basado en las películas de ficción que muestran a máquinas atacando humanos y el supuesto de que las máquinas eliminarán los trabajos de los hombres.
“No debemos tomar una actitud de hombre versus máquinas sino ver las posibilidades que se abren con las nuevas tecnologías de potenciar las capacidades del ser humano y lograr cosas nunca ante vistas. (..) El peligro no está en la tecnología sino en los valores y ética de los humanos que la usamos”, puntualizó Vergara.
No obstante, la doctora Mariño habla de dos características que diferencia la inteligencia artificial de otras tecnologías y que hace que los riesgos que presente sean mayores. Una es su ‘inteligencia’ o capacidad de procesar y analizar información para tomar decisiones. La segunda es su ‘auto-adaptación’ o capacidad de aprender y evolucionar a partir de este aprendizaje. Es decir, los sistemas inteligentes de hoy pueden aprender y evolucionar rápidamente.
“Existe la posibilidad, así sea mínima, de que el sistema evolucione hacia una ‘superinteligencia’ que supere la inteligencia de su creador y que esta evolución se dé en direcciones no previstas. Aunque suena a ciencia ficción, podría suceder que esta ‘superinteligencia’ considere que para alcanzar el objetivo para el que fue diseñada deba tomar acciones que atenten contra la vida de un humano, un grupo o de toda una especie”, precisa la profesora Olga Mariño.
Según Marco Ribas, presidente de Accenture Colombia, la influencia de la tecnología en la vida de las personas dependerá es las decisiones en los próximos años y la clave está en el desarrollo de una estrategia que ponga a las personas primero, que sea impulsada por la tecnología, permitiendo a las personas amplificar sus talentos y mejorar sus actividades diarias.
“Hoy hay mucho miedo de los cambios, pero la historia nos demuestra que las características humanas como la empatía, la emoción, la creatividad no serán remplazadas por la tecnología (..) La evolución de la inteligencia artificial nos pondrá a pensar en paradigmas éticos y en la valorización de nuevas capacidades para los seres humanos”, dijo Rivas.
Mientras tanto, la profesora Mariño asegura que concuerda con la mayoría de científicos en que “prohibir” o “frenar” los avances en inteligencia artificial es absurdo e inviable. “Pero sí hay que desarrollar una posición unificada tanto a nivel científico como político sobre normas, controles, educación, transparencia y estrategias para que esta tecnología no se nos salga de las manos”, reiteró.
Refetente:http://www.dinero.com/empresas/articulo/riesgos-de-la-inteligencia-artificial/256665