Nuevas regulaciones y ofertas de planes en internet son algunos pendientes en conectividad.

En el 2018, tanto desde el sector público como del privado, se hizo una serie de esfuerzos por conseguir una Colombia “más conectada” y que en este nuevo año pondrán a prueba al país en su búsqueda por vencer la brecha digital.

Por un lado, Colombia logró entrar en la tendencia de los megaplanes de datos, lo que hasta el momento se veía lejano y poco posible, pero que ya era una realidad que disfrutaban países de Asia y Europa. Los operadores empezaron a ofrecer planes de internet móvil de 40 GB o más, minutos ilimitados y la posibilidad de llamar a países como Estados Unidos sin costo extra. Esta movida, entre muchos factores, permitió que se bajaran los precios de las tarifas de los planes pospago que venían ofreciendo los operadores y que más personas pudieran adquirir paquetes móviles.

“Hemos visto que la caída de los precios reales en Colombia es el resultado de la dinámica propia de un mercado competitivo. Sin embargo hay que tener precaución, ya que esta caída de precios podría afectar la capacidad de los operadores de realizar inversiones que aseguren las nuevas redes y servicios para los colombianos; y la llegada de los operadores a zonas menos rentables”, advierte Lucas Gallitto, acting head para Latinoamérica de GSMA, organismo que representa los intereses de los operadores de telefonía móvil de todo el mundo.

Este cambio será clave a la hora de ofrecer nuevas ofertas que permitan disfrutar de un internet comparable al de los estándares internacionales. No obstante, también representa un reto para los operadores: atraer más colombianos a los planes como estos, que son pospago.

Según el boletín más reciente del Ministerio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), en el país, los planes prepago son los que marcan la parada, pues 79,34 por ciento de los nacionales prefieren utilizar este modelo para su celular, mientras que una minoría (20,66 por ciento) usa los planes pospago.

De acuerdo con Marcelo Cataldo, presidente de Tigo Une, este es un asunto que va más allá del mercado de las telecomunicaciones. “No hay que desconocer que la economía en Latinoamérica, no solamente en Colombia, es bastante informal. Mucha gente tiene la capacidad económica para pagar un paquete, pero a la siguiente semana no; o un mes sí, el que sigue no, eso depende más de la economía del país que de un plan que nosotros podamos ofrecer”, explica.

Por otra parte, en términos de redes, las más recientes previsiones de GSMA estiman que las conexiones 4G en Colombia (que en la actualidad representan el 23 por ciento) sobrepasarán el 64 por ciento en los próximos cinco años y que el 5G comience a adoptarse aproximadamente en 2025.

Si bien en países como Corea del Sur el nivel de la cuarta generación ya se encuentra bien consolidado, en la región aún hay mucho camino por recorrer. No obstante, en recientes entrevistas con EL TIEMPO, los presidentes de los tres principales operadores del país (Tigo Une, Telefónica Movistar y Claro) aseguraron que la inversión en infraestructura es clave para conseguir esa tan anhelada “Colombia 100 por ciento conectada”, y que, a pesar de las dificultades topográficas existentes a lo largo y ancho del territorio, ya se están haciendo las primeras pruebas para redes de quinta generación.

Otro asunto que también se inició marcando el 2019 fue el cambio en el estándar de velocidad en las conexiones fijas en Colombia, que desde el primero de enero establece que en el país solo podrán comercializarse como banda ancha las conexiones superiores a 25 megabits por segundo (Mbps) en descarga y 5 Mbps en subida.

El propósito, aseguran los expertos, es que si bien en principio los índices de colombianos conectados con banda ancha disminuirán, porque el cambio es de orden nominal, si hay una norma de banda ancha, los operadores van a buscar ofrecerla, sea cual sea su definición.

Según analistas, la nueva regulación puede representar un impulso en actividades digitales como el teletrabajo y el comercio electrónico, y, aunque es un reto que no se alcanzará de un día para otro, ahora el desafío para los operadores será evitar que solo un grupo mínimo de colombianos cuente con el nuevo estándar en conexión. Según cifras del Mintic, al finalizar el segundo trimestre de 2018, el país contaba con 30,41 millones de conexiones de banda ancha.

“Depende de la infraestructura que tengamos en cada una de las ciudades (…). Queremos romper esa barrera del costo. Viene una estrategia muy fuerte, posiblemente en menores velocidades; hoy en día estamos ofreciendo, por lo menos, 10 megas, que es lo que se necesita para que cualquier hogar pueda conectar al menos dos dispositivos”, explica José Luis Gómez, director de Innovación de Claro.

Para julio de 2018, el país registró un total de 17 millones de conexiones a internet, lo que representa un índice de penetración de 34,6 por ciento, 1,8 puntos más con respecto al primer trimestre de 2017. El proyecto de ley de modernización del sector TIC, que el ministerio del ramo llevó ante el Congreso el año pasado, vio aplazado su debate hasta marzo próximo. La iniciativa, en palabras de la ministra Sylvia Constaín, prometía modernizar el sector de las telecomunicaciones en Colombia y ser la puerta de entrada para “conectar el país, y conectarlo bien”.

Entrar en un entorno digital mucho más activo y comenzar a ser parte de las tendencias que ya se viven en telecomunicaciones en el mundo, como un roaming libre, una conexión de alta velocidad y un internet más accesible, son tareas de todo un sector que este año estará pendiente de una nueva regulación que permita dinamizar la forma como nos conectamos.

Referente:https://www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/hechos-recientes-sobre-como-se-conectan-los-colombianos-a-internet-312900

 

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